Texto: Antonio Manfredi.
Fotos: Jesús David Carballo.
Coincidiendo con el día de San José, fieles a su cita anual, pude escuchar mis primeros abejarucos.
Procedentes de sus estaciones de invierno, en el África Austral y Tropical, atraviesan en la ultima etapa de su largo viaje el Estrecho de Gibraltar junto a milanos negros, aguiluchos cenizos, culebreras y otras especies de aves, rumbo a sus zonas de cría.
En los últimos días de Abril, ya es fácil encontrarlos trabajando sin descanso en la elaboración de sus nidos. Con una longitud entre los 50 y 250 cms, horadan túneles horizontales principalmente en taludes arenosos, aunque les valen también suelos fáciles de excavar. Picotean el suelo retirando hacia atrás la arena extraída que en algunos casos puede llegar a ser de hasta 8 kilos, aunque lo normal son 4-5. En su parte final este túnel se ensancha formándose el nido como tal. Este lo recubren de egagrópilas (bolas formadas por restos de alimentos no digeridos y que algunas aves carnívoras regurgitan).
Sobre estos restos hacen la puesta formada por entre 4-8 huevos, que eclosionaran 20-21 días después.
Expulsando egagropila |
Al contrario que en otras aves, donde el pollo que nace primero acaba muchas veces con la vida de sus hermanos para asegurarse su alimentación (cainismo), los abejarucos guardan un orden muy estricto en la alimentación de sus pollos, consiguiendo sacar adelante la mayoría de ellos.
Casi un mes después empiezan los primeros vuelos fuera del nido, aunque los adultos seguirán cebándolos durante otros 8-10 días.
La alimentación de estas aves es básicamente insectívora, teniendo las mismas una especial predilección por las abejas, lo cual les trae no pocos problemas con la actividad de la apicultura.
Tras cebarse y crecer durante la primavera e inicios del verano, en Julio comienzan a preparar su migración otoñal rumbo a sus cuarteles de África Es a finales de Julio, pero sobre todo en Agosto y la primera quincena de Septiembre, cuando atraviesan la mayor parte de nuevo el Estrecho. De esta forma cierran su proceso migratorio.
Es importante decir que al contrario de lo que muchas personas piensan, las aves no migran buscando el buen tiempo, sino que es la falta de alimento lo que las empuja a ellos. Evidentemente las malas condiciones climáticas en cualquier sentido, suelen contribuir a la falta de alimentos, pero ningún ave migraría si a pesar de ello no le faltara la comida. Acabarían adaptándose.
Disfrutemos por tanto de estas bellas aves mientras estén con nosotros.
Enhorabuena por el reportaje Antonio. Si, como creo, este blog va a estar enfocado a mostrarnos la biodiversidad de nuestro entorno más próximo, va a ser una referencia para todos a la hora de conocer la gran riqueza natural que nos rodea. Además servirá a nuestros niños de guía para trabajos de naturaleza, por lo que debiera tener la mayor difusión posible. Y todo ello aderezado con las magníficas ilustraciones de magníficos fotógrafos. Gracias por ello.
ResponderEliminarGracias Antonio. Esa es la idea, aunque necesitare la colaboración de todo el que quiera aportar su granito de arena. Este es un blog abierto donde cualquiera puede participar mediante la realización de entradas, etc. Saludos.
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